Los Bailarines y El Encierro
"Deberíamos considerar perdidos los días que no hemos bailado al menos una vez."
Friedrich Nietzsche
Los bailarines realmente son los atletas de Dios porque su bondad se ha visto durante esta época difícil causada por el coronavirus. Durante semanas tuve la oportunidad de observar bailarines nacionales e internacionales a través de las redes sociales y me di cuenta que hacen lo posible por seguir su profesión, ya sea gratis o por algún costo, ambos casos son correctos según la perspectiva de cada coreógrafo.
Los bailarines actúan de esta manera porque tienen la capacidad de transmitir buenas emociones a las personas que necesitan un descanso psicológico de todas las situaciones que están sobre sus hombros y es posible con movimientos acompañados con ritmos musicales agradables, por eso los hace espaciales para el buen funcionamiento de una comunidad. La sociedad debería estar agradecida por tener personas dispuestas a cambiar un ambiente de desesperación y estrés a uno con paz y diversión dentro de los hogares. Después de este proceso difícil, habrán varias personas que necesitarán de un servicio sano para evitar la depresión y el desgaste físico. El baile es parte del menú diario de las personas porque cuidar del estado físico y mental es una necesidad que todos buscamos para una vida plena y sana, por lo tanto los bailarines tienen la oportunidad de reinventarse y seguir haciendo lo que tanto aman a pesar del distanciamiento que el virus ha provocado a nivel mundial y sobre todo entre nuestros seres queridos.
Sin embargo, hace unos días empecé a escuchar y leer las preocupaciones de varias personas que ganan su vida a través del baile, por ejemplo, ¿Qué haré para mantener un ingreso económico? ¿Qué pasará cuando el encierro acabé? ¿Tendré las mismas oportunidades? y es normal pensar de esta manera cuando la situación no demuestra un avance estable y oportunidades favorables pero durante mi experiencia como bailarín aprendí que el esfuerzo, la convicción, y las acciones positivas abren nuevas oportunidades a pesar de las adversidades que acontecen cada día. La mayoría de los bailarines empezaron su carrera en la sala de la casa, en el cuarto, en una cancha, con menos ingresos económicos, y sin experiencia en el mundo del baile. Hoy están una vez mas en el mismo lugar donde todo empezó pero con más experiencia, conocimientos, amistades y destrezas que les permitirá avanzar más allá del pronostico social que pintan los medios de comunicación. La detención total de proyectos o eventos culturales y academias de danza no significa que no podrán obtener una oportunidad para aprender, transmitir otros estilos y mejorar técnicas de baile ya que la comunicación y la búsqueda de información es más fácil que hace 10 años atrás, por lo tanto, no seguir estudiando y enseñando nuevos estilos de baile es una excusa que nuestro propio pensamiento crea para bloquear el paso que nos dirige a la superación.
Sin embargo, hace unos días empecé a escuchar y leer las preocupaciones de varias personas que ganan su vida a través del baile, por ejemplo, ¿Qué haré para mantener un ingreso económico? ¿Qué pasará cuando el encierro acabé? ¿Tendré las mismas oportunidades? y es normal pensar de esta manera cuando la situación no demuestra un avance estable y oportunidades favorables pero durante mi experiencia como bailarín aprendí que el esfuerzo, la convicción, y las acciones positivas abren nuevas oportunidades a pesar de las adversidades que acontecen cada día. La mayoría de los bailarines empezaron su carrera en la sala de la casa, en el cuarto, en una cancha, con menos ingresos económicos, y sin experiencia en el mundo del baile. Hoy están una vez mas en el mismo lugar donde todo empezó pero con más experiencia, conocimientos, amistades y destrezas que les permitirá avanzar más allá del pronostico social que pintan los medios de comunicación. La detención total de proyectos o eventos culturales y academias de danza no significa que no podrán obtener una oportunidad para aprender, transmitir otros estilos y mejorar técnicas de baile ya que la comunicación y la búsqueda de información es más fácil que hace 10 años atrás, por lo tanto, no seguir estudiando y enseñando nuevos estilos de baile es una excusa que nuestro propio pensamiento crea para bloquear el paso que nos dirige a la superación.
La competencia entre los bailarines siempre existirá pero está vez deben preocuparse más en mantener viva la esencia del baile en nuestro país de manera adecuada porque las personas serán aún más cautelosas para decidir en cuál servicio invertir su dinero por causa del decrecimiento económico. Recomiendo a los bailarines a crear contenido utilizando las redes sociales para que las familias aprecien un momento bajo esta presión psicológica y los estudiantes estarán dispuestos a confiar en el trabajo de aquellos que se preocupan por mejorar el estado emocional para ayudar a evitar que el encierro sea más difícil de superar.
Lic. Roberto Canizález
Lic. Roberto Canizález
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