¿Por qué nadie me avisó?
"Si rehúyes la responsabilidad de enfrentarte a lo inesperado, incluso cuando se manifiesta en proporciones manejables, la propia realidad se volverá insosteniblemente desorganizada y caótica. Y después irá creciendo hasta absorber todo orden, todo sentido, toda previsibilidad. La realidad ignorada se transforma, se revierte, en la gran diosa del caos, el gran mounstro reptil de lo desconocido, la gran bestia depredadora contra la cual la humanidad ha combatido desde el inicio de los tiempos." Jordan Peterson
Al leer la frase de uno de los psicólogos más mediáticos de los últimos tiempo me hace pensar que tiene una perspectiva muy realista de las consecuencias que podemos tener cuando no resolvemos en su debido tiempo las situaciones que nos hacen sentir incómodos. Aquellas situaciones como una plática con papá y mamá sobre asuntos personales, actuar de manera correcta frente a la persona que no nos simpatiza y buscar ayuda cuando no tenemos el conocimiento suficiente para completar una actividad importante en la vida como estudiante y profesional.
Unos años atrás, entendí las ideas que Jordan Peterson menciona en su libro Las 12 Reglas para Vivir, ya que estuve posponiendo ciertas cosas en mi vida y pasaba el tiempo preocupado buscando la solución donde no debía cuando era estudiante. Es un sentimiento inquietante cuando sabes lo que debes hacer para solucionar tu realidad, pero aún así, el miedo te domina y nubla la vista haciendo que creas que las cosas no saldrán bien y que no habrá alguien que te apoye si expones tu situación y que la responsabilidad es de otra persona. Nos invaden el pensamiento los "peros" pero no tengo dinero, pero no tengo quién me ayude, pero nadie me comprende, pero ellos no tienen mi visión, pero ellos no saben lo que yo siento, pero ellos tienen mejores cualidades, pero trabajar y estudiar es díficil. Las personas te pueden sorprender, claro no todos tendrán la dispocisión de ayudarte, pero el que no ariesga nada obtiene. En mi vida como estudiante fallé en una etapa importante y como todos, en alguna ocasión, me deprimí, pero alguien me dijo "al toro por los cuernos", esta frase mejoró mi mentalidad. En otras palabras, no hay que temer si tienes las competencias para sobresalir, nadie es perfecto, pero lo somos para aprender algo que nos ayude a transformar nuestra realidad.
Hice las paces con Dios y conmigo mismo dando como resultado una fe y seguridad más sólida para resolver mis obstáculos y creo que es clave para todas las cosas difíciles de nuestra vida. Empecé a ver cambios como educador, estudiante, hijo, amigo y hermano. A veces no es el mundo sino nosotros quienes debemos actuar apropiadamente para ver cambios, todo requiere un plan, paciencia, modificaciones, actitud positiva para tener buenos resultados y sobre todo notar las señales.
He escuchado a personas decir que mejor no seguiran intentando relsover sus problemas porque la situación se ha salido de control. Creo que llegamos a ese punto estresante cuando omitimos o ignoramos la señales, dejamos de observar lo que realmente puede evitar los problemas. Pensámos que un par de detalles negativos no dañaran nuestra paz, pero en unos días, meses o años nos damos cuenta que si nos afecta y en algunos casos es realmente grave. Lo podemos evidenciar en la salud cuando vemos cambios en nuestro cuerpo y la genta cercana nos recomiendan doctores, pasamos semanas respondiendo "ya voy a mejorar, no es para tanto" , pero aún así no realizamos una acción ante estas señales. Decimos que Dios nos ayudará y una de las maneras increíbles es dando las señales antes de que suceda una situación no deseada. En los estudios siempre hay un profesor que avisa cuando alguien podría estar cerca del fracaso escolar, pero algunos estudiantes no tienen la madurez o una guía para buscar los métodos para evitar un fallo en sus puntajes. A veces solo aprendemos a ver las señales, por medio de las experiencias, por ejemplo, las personas que han pasado por ataques de ansiedad saben que estan propensas cuando tienen una preocupación constante, dolor de cabeza, dolor de estómago, insomnio, pensamientos intrusivos y taquicardía, por eso buscan estrategias de relajamiento.
¿Cuáles señales estoy recibiendo? ¿Qué se puede hacer? ¿Qué necesito hacer? ¿Cuando debo empezar a cambiar? ¿Quiénes me pueden apoyar? Necesitamos responder estas y más preguntas para evitar que la gran diosa del caos nos quite la paz de seguir intentando ser mejores cada día.
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